viernes, 25 de enero de 2013

Micro vs Macro - El balance de realidad se te llenó de entropía

Todo en su punto justo. Los extremos están mal. Ganar una perspectiva te hace perder otra. Ni muymuy, ni tantan.

¿Bon vivant o compromiso social?

¿Clases de apoyo o presentarse a elecciones?

¿Paz o diversión?

¿Happily ever after o happily forever single?

¿Gastar o ahorrar?

¿Comer hasta ver blanco o correr y respirar?

¿Energías renovables para cambiar el mundo o gas para la villa 31?

Ninguna. Ni micro, ni macro, siempre a mitad de camino.

El mundo está polarizado. Algunos se ubican de un lado, otros están mejor en otro. Chocan, tiran de puntas opuestas de la soga. Estar en el medio es más incómodo, pero permite ver un poco de cada cosa, ampliar el panorama, degustar, no jugarte del todo, siempre poder escapar. Hacer un camino propio te lleva a no pertenecer a ninguno.


La lucha por mantenerse en el centro y hacer equilibrio ahí, en el circulito rojo, es una forma de ser, una forma de vivir, de pensar, de decidir. Está bien vista, es sana, prolija y sin duda es bastante segura, pero también es muy ineficiente.

Dos pasos para la izquierda, tres a la derecha, seis octavos a la izquierda, nueve décimos a derecha de vuelta y así sucesivamente. Siempre avanzando, pero nunca mucho. Lento, pero seguro. Pero lento. Energía que se consume para ir de un lugar a otro. Energía que se consume para volver al medio.

¿Cuánto se avanzaría si toda la energía fuera para un lado? Eso se llama foco. ¿Tener foco es bueno? ¿De qué te estás perdiendo? Seguramente de nada, pero quizás de mucho. Mejor no saberlo. Enfrentar la verdad nos hace infelices.

¿Y qué nos hace felices? A mí, un poco de cada cosa. Y, la verdad, la vida se trata de eso.

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